miércoles, 30 de septiembre de 2015

René de la Vega

 Hay una weá que me molesta de la gente (una de un listado que nunca para) y es cuando llaman a tal cosa su "placer culpable". No es que haya tenido una experiencia cercana a la muerte, pero en un momento muy confuso o desagradable de la vida, id est darse cuenta que estás por cumplir 30 y la vida no mejora, concluí que, a pesar de que la humanidad extendió su promedio de vida de treinta a setenta años o más en cosa de siglos, la vida es corta y peor/mejor aún, sólo una. Bueno, no si eres hindú, budista o crees en la vida ultraterrena, pero si tienes incertidumbre sobre que se viene más allá del gran salto de este nivel en modo intermedio a uno en dificultad aleatoria y con mapa ídem, la vida se ve como una obra corta y con odiable danza interpretativa de un solo acto. Por una revelación tan básica pude argumentar mi indiferencia a tomar partidos, mantener una sola línea y nunca salirse de ella. También es válido hacer aquello, si la cosa es hagan la weá que les plazca sin infringir los derechos de los demás, porque el adagio "no hagás lo que no te gustaría que te hagan" se queda corto ante los sadomasoquistas. Onda como el "DO AS THOU WILT" (Haz lo que desees) de Aleister Crowley (tomado de una inocentona cita de Rabelais), que también es una suerte de base moral para los fieles del Wicca, quienes agregan el "mientras no lastimes a nadie". A lo que quiero llegar con toda esta cháchara culiá basura dizque moralista es que ¿por qué placer culpable? Si les gusta gócenlo weones. Como esos metaleros o punkies que curaos bailan reggaetón y después salen con su discurso true de que es música basura pero con copete el pico manda y todo eso. Me apesta, me carga el reggaetón, pero si a esa gente le gusta en lo más profundo de su corazón encuerado y con tachuelas deberían reconocer que igual lo bacilan, total no hay sindicato musical que les rompa la credencial vber-kvlt y les quite los parches de las chaquetas o les corte el mohicano si son punketas. Eso no evitará que los agarre pa'l webeo, pero bueno... si te gusta sacar moras aguántate las espinas de la mata. Se que no sigo lo que predico, pero es porque soy una plasta humana reconocida y no soy ejemplo; cambiaré pronto, pero no luego. Además las antítesis en puntos de vista son necesarias para mantener el equilibrio social (o la ilusión de éste). Retomando lo anterior y como ejemplo personal, me gusta mucho el rock progresivo, la música experimental y el rock sesentero y setentero, pero no niego que me gustan intérpretes tan dispares como Kate Bush [mi esposa en una realidad paralela], varias bandas de synthpop y new wave ochentero, los discos más malos de Pink Floyd,  y las teleseries del TVN a la hora del almuerzo (siempre que las pueda ver), los primeros años del Morandé con Compañía, los peores shitty games del SNES y la música de Cachureos. Es por eso que varias veces tuve y tendré roces con los true de cualquier género, aunque nunca por iniciativa propia, pues no tengo para qué.

Esta intro tan detestable va dirigida a todos quienes tenemos ese gusto raro y en mi caso uno de tantos es René de la Vega. Si, lo sé, el tipo trajo el show mas raro al Chile de fin de milenio, se vendió como la renovación de lo clásico, como el artista revelación del año y esperaba que de la década. El problema es que la gente se lo tomó como un chiste y él quería ser tomado en serio, quería que sus melodías de karaoke hechas por alguien que está aprendiendo composición con el Guitar Pro tuvieran un verdadero espacio en la radio y en la memoria de la gente. Logró lo último, al menos en parte de los chilenos, que lo siguen recordando como un payaso picao a Elvis con pésimo gusto para vestir. Puta René, a mi me gustaba tu peinado, algunos de tus trajes y hasta tu hot rod; de hecho hasta copié su peinado por varios años y aguanté comentarios charchas de gente que me llevó a recordar tu pasión y muerte. Me gustaba tu video de Chica Rica, sobre todo el remix. Me cagaba mucho de la risa con esa versión y con una compañera de curso webeamos hasta el cansancio con esa canción aquel 1999. Pero los medios y la memoria del chileno no perdonan, y tu lucha autónoma y autofinanciada por dar a conocer lo que considerabas tu arte terminó cuando te elevabas muy alto, buscando tocar el sol. Cual Ícaro liberado, tu copete se derritió con el calor de las luces y tu pantalón pata de elefante no pudo amortiguar tu caída, que terminó cuando te estrellaste en el mar y tu traje azul impidió que te encontraran flotando en el enorme y contaminado mar del olvido medíatico.
La historia de René es loca, porque a diferencia de otras familias con el hijo "artista", su papá apoyó su carrera musical, buscándole compositores y escenarios donde presentarse. El problema fue que las buenas intenciones son los adoquines que pavimentan el infierno y terminó viviendo en un estado aleatorio de fama y odio, cautivado por las luces ajenas que compartía con quienes lo precedían en cada festival al cual se auto-invitaba, y a la vez agobiado por los piedrazos y rayados a su casa por quienes (cuéntate una nueva) lo odiaban por ser diferente. Hablando de los festivales, yo cacho que todos los que ya estabamos concientes, y no eramos fetos que 10 años más tarde se proclamarían "niños de los 90", recordamos a René llegando a Viña en ese hot rod con cabeza de vaca en la delantera, dando autógrafos que nadie pedía y paséandose con las "chicas ricas", de las cuales hasta donde sé una era la hermana. Creo que la que tenía unas piernas como los pilares de Baalbek. Salió en "Casi en serio", el matinal de la tarde con Leo Caprile, y su video lo pasaban a cada rato en un programa de música de La Red cuyo nombre no recuerdo, pero que auspiciaba la disquera La Vitrola (La Vitrola es... toda la mú-sica... o una weá así) y sonaba junto a otros temazos de fin de siecle como "la canción del chavón" de Los Sultanes y las weás más lloronas de ese cumbiero bigotón a quien llaman El Maestro. Tiene nombre de ex presidente de Chile, pero no recuerdo cual.
En todo el caos del Y2K, Pedro Carcuro invitando travestis como loco a su programa, mi perro perdido en otra ciudad y la nueva temporada de pókemon pasando solo por el CN y no todavía por CHV, René de la Vega lanzaba su primer disco, uno sencillito de media hora, con músicos tan bacanes como el mago que tocaba el bajo y el tipo de la guitarra que tiene más onda y estilo que todos nosotros. Puta, vean el video y admírenlos.

Ahora René era estrella. Bueno, no, no lo era. Yo cacho que si el disco se vendió, la mayoría de las veces habrá sido como regalo de webeo y el festejado lo habrá devuelto antes que se venza la boleta. O quizá me equivoco y vendió bien para ser un artista emergente y que, aunque era distribuido por EMI, no recibia mucho apoyo. No sé en realidad, en esa época solo me preocupaban mis cassettes de Cachureos y el del Pókemon Yellow. René era el del video chistoso. La verdad es que el disco era bien reguleque, con una composición musical muy amateur y letras promedio dentro del mundo promedio de la música comercial promedio. Era un disco con todo para sonar en la radio: letras simples, música tan elaborada como el chasqueo de lengua de una abuela batiendo la placa, un cantante atractivo... pero llegó muy tarde a la onda. El Pollo Fuentes y Lucho Dimas habrían tenido una fuerte competencia si René hubiese desarrollado su carrera en los tiempos de la Nueva Ola, pero tuvo la mala suerte de nacer y crecer en las degeneradas últimas décadas del siglo XX. Un hombre atrasado a sus tiempos. El tema es que uno puede hacerse una carrera en base a un estilo otrora popular, como lo hacen las bandas rockabillies o las de rancheras, pero para mantenerse vigente se necesita talento. Él lo tenía -encuentro que tenía buena voz- pero su compositor y letrista fueron la peor asesoría que pudo tener. Además faltaba originalidad, pues si es una propuesta arriesgada hay que ofrecer algo novedoso para atrapar a un público y convertirlo en seguidores. El problema fue que su puesta musical era "novedosa", pero novedosa como en el sentido gringo, de "novelty", que más que novedad son chistes, como las canciones que pasaba el Doctor Demento en su programa de radio que nadie pudo oir porque [wiiii] somos hambrientos sudamericanos y no gringos gordos. Como nos enseñó Weird Al Yankovic, puedes hacerte toda una carrera como comediante musical y tener éxito, pero esa no era la idea de René. Lo suyo era serio, era su oferta artística, lo que amaba hacer puesto en un escenario, pero la gente no lo interpretó así por el bajísimo nivel de producción. Por eso su revival original nuevo-olero no funcó. Por eso también pasó al olvido en menos de dos años y, mientras tanto, Krustophenia se empolvaba en los anaqueles.
René se negaba a morir. Aparecía en cada programa de TV al que le invitaran, sea por webeo o como nota seria; tenía segmentos en radios donde lo tocaban; si hasta se presentó en vivo sin playback en un show... con pésimos resultados. Pero un "nuevo" movimiento artístico daba sus primeros pasos en Chile y veía a René como un líder digno de portar su antorcha: el movimiento kitsch. Para ser justos, nunca fue un movimento verdadero, solo era un fenómeno pasajero que agrupaba a mucha gente fanática de lo retro (léase lo sesentero), en especial de la música que escuchaban sus mamás. Recuerdo que hasta salió por esa fecha un compilado de la nueva ola llamado "Música para lustrar" o algo así, con la idea de que era la música que escuchan las mamás cuando hacen aseo. René encajaba muy bien en esta onda retro, que no sólo buscaba lo bueno de la época, sino que resaltaba (casi de manera paródica) lo peor de ésta. Por eso es que no entiendo por que el copetudo no salió bien parado cuando se presentó ante este público. El organizador hasta lo tenía como heraldo de la onda, con toda una presentación artística titulada R.E.N.E. (Reinventando el nuevo estilo). Así o más patético.
Entonces se posó el primer moscardón en el pastel del éxito relativo del jóven De La Vega. Su padre, un hombre con una fé inamovible por su hijo, vio que EMI no respondia bien con la distribución de su trabajo y les amenazó con que, si no hacían las cosas como René las pedía, simplemente se olvidaran de seguir trabajando con él. EMI ni pestañeó y les mandó una carta aceptando la renuncia del muchachón más el finiquito. Sin jamón de disculpas ni nada. Pero De La Vega quería seguir con lo suyo y, sopesando los pro y los contra, prefirió llevar una vida honorable. Grabó un disco que distribuyó por internet, con un video animado de mejor factura que el anterior,y entró a la U a estudiar Ingeniería civil. Un año X, quizá 2010, leí que lo habían visto trabajando en una construcción y me sentí super mal por quien en algún momento creí que era bacán y lo mejor que debió subir ese año en Viña, pero fue entonces que el año pasado busqué info sobre él y di con su página oficial, donde ofrece sus servicios arquitectónicos e inmobiliarios. Lo mejor de todo es que debe estar ganando más que todos los guatones flaites que lo basurearon cuando luchaba por venderse como cantante.
Así termina una historia de superación, caída y sobrevivencia de la vida real. Nunca negué que me gustaba Chica Rica, que la puedo cantar en un karaoke y que me sé Bang de memoria. Nunca nieguen quienes son y que les gusta. Afronten el webeo inminente y encójanse de hombros ante éste, porque nadie te quita la sensación que te da escuchar la música que te gusta. Igual JAJAJAJA BAILAI REGGAETÓN DECADENTE CULIAO. Listo, superaron la prueba. ¡Ahora bajen la discografía y cáguense de la risa!

1999- René De La Vega

2001- Vuelvo a vivir
No hay portada, así que usaré una foto de René vampírico tomada en 1896.

 Felices fiestas atrasadas y chao.

Post caca: Tengo el post programado para que aparezca como hecho el 30 de septiembre, pero lo terminé el 4 de octubre porque paja. La cosa es que ando muy hiperventilado y a la vez paranoico, porque mencionaron este blog en la página de facebook de 7mo Vicio y tanta masificación puede que termine en más posts bloqueados y furgones de la PDI esperandome afuera del depa. De todas maneras, para los visitantes ocasionales, los que ven desde las sombras, los ""fanáticos"" de cartón y los que, como siempre, vienen sólo por Hey Arnold: el contenido no mejorará ni empeorará. Seguiremos con un mal o nulo proof-reading, con tildes comidas y errores de conjugación verbal por doquier. Así me conocieron guachos, y no creo que vaya a cambiar.

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