viernes, 23 de octubre de 2015

Jacula

 No sé si se notará, pero me gusta halloween. Es una fiesta tan chilena como el día de Martín Lutero Rey, que acabo de casi-inventar, pero me importa un soberano disco de chinoy que lo sea porque llena un nicho cultural. Me gusta disfrazarme, pero no lo hago mucho más que nada porque todas las fiestas de disfraces planeadas nunca salen y porque el disfraz barato que me hago rara vez funciona. No obstante, siento que disfrazarse, dejar de ser quien uno suele ser, es una necesidad que se llena con esta fiesta de importación y que no habíamos heredado por ninguno de nuestros antepasados. Los pueblos que aún se apegan a sus tradiciones más antiguas tienen rituales con disfraces que podrían asemejarse a este día importado, como "las diabladas" por dar un ejemplo cercano. Nos faltaba imitar por un día a los dioses en que creemos, enfrentar a nuestros miedos tomando su forma, recordarnos lo que somos en realidad y, básicamente, dejar de ser por un día quienes somos. Por eso halloween, a pesar de todas las implicancias negativas que le ha imprimido el cristianismo desde siempre, no morirá a corto plazo. Y si lo hace no importa, porque la necesidad del disfraz seguirá saciándose pero sin un día organizado.


Traigo una joya mal pulida, en un punto que se debate en "gema en bruto" y "ligeros cortes aparentemente ocasionados por factores químicos y físicos", un clásico efímero de mis tiempos de estudiante, cuando saltaba de megalomanía a depresión, tenía buen futuro en el dibujo (y me deje estar), la mina que me gustaba me friendzoneo y mi cabeza estaba llena de lenguaje alquímico, principios de semíotica y ocultismo del siglo XVIII; todo casi olvidado a estas alturas. Por si se lo preguntan sí, eso entrará en la prueba. Por esos días del 2007-2008 mis atracaderos como cíber-pirata (toda palabra con cíber suena tan vieja como "ir a la botica") eran Ares, eMule y Soulseeker, puro p2p virulento y limitado, pero gracias a eMule conseguí varias discografias incompletas y películas sin subtítulos, así que en realidad su limitación era invisible para mis ojos de niño con internet nueva y vivía cagado de la risa. Era una inversión enorme de días para descargar 400 mb de música, algo que las generaciones más nuevas no vivirán, y en el intermezzo de la descarga jugaba, leía información inútil (útil para mi entonces por ese comic de mierda que nunca dibujé) y buscaba más bandas en Progarchives, la enciclopedia del prog. Mediante interpolaciones de estilos di con bandas que sonaban como Mr. Bungle (mi amor juvenil acústico de entonces) y una que otra cosa bizarra, como la Horde Catalythique Pour La Fin, una banda medio RIO, medio noise, medio nada y más desenfocada en objetivo que yo con la vida. Nunca subiré esa aberración, creo, así que si les interesa podrían buscarla por otra página, demás que aún la tienen; hace dos años quise echarles oreja otra vez y seguían sonando igual de mulas. Ya, pico con eso, el asunto es que aunando cosas, como mi gusto por la simbología alquímica incitado por Secret Chiefs 3 y mi renacimiento espiritual en cuanto a sentirme niño otra vez y meterme en lo paranormal, fue que busqué música que contuviera cosas así. Momento, olvidé todo... en resumen, ni me acuerdo como, dí con Jacula.

 Jacula es el hijo primerizo del guitarrista y compositor italiano Antonio Bartoccetti, concebido a finales de los años 60, década que veía crecer a bandas de rock progresivo ya establecidas y que terminaron convirtiéndose en grandes monstruos en los setentas. El nombre viene del comic italiano homónimo, en que la protagonista era una vampira y vivía varias "aventuras" sexuales con su marido vampiro y una que otra víctima que expusiera mucho su cuello, escote o parte erótica del cuerpo masculino. Antonio creó la banda a manera de experimentación, para ver que salía de la combinación de sus gustos e influencias, y para ello trabajó junto a la ingeniera de audio y violinista Doris Norton, conocida en Jacula como Fiamma dello Spirito, el organista Charles Tiring (supuestamente de 81 años y casado con una mujer de 18) y un miembro oscuro tanto por el desconocimiento en torno a su figura como por lo que conlleva su título: el médium Franz Parthenzy. Según se dice, el médium era quien proveía las letras y la inspiración para la música, pero creo que las letras eran trabajo de Bartoccetti, lo que me lleva a pensar que quizá Parthenzy podría haber sido solo un instrumento de marketing para aumentar la atmósfera oscura del proyecto. Hablando de las letras, el mayor plus que tienen es que no solo están en italiano, si no que también en latín, y con el poquísimo latín que sé veo que muchas líneas son gramaticalmente correctas... ¿y si en verdad Parthenzy sí canalizaba algo, sea ser adimensional, demonio, espantajo o un verdadero fantasma, que le dictaba la lírica? Puede ser... pero para eso Parthenzy tendría que haber existido, y buscando en google no doy con ningún resultado ajeno a la banda que indique que el médium no pasara más allá de las aseveraciones y leyendas de Bartoccetti. Además las letras en sí son una suerte de relatos cortos sobre brujos, brujos proclamando su supremacía sobre el resto de los mortales, pactos con el diablo y varios elementos comunes en la literatura de terror clásica, que al final pareciera estar oyendo la recitación de algún cuento de Guy de Maupassant o de la Clavícula de Salomón. Lo importante es que el ambiente oscuro que acompaña a las letras y a la leyenda de fondo de la banda es que está escrito en el lenguaje universal de la música. Aquí y en Dar-es-Salaam el órgano de Tiring y la guitarra, a veces pesada como en Black Sabbath o blusera y lejana como un Robert Johnson con electricidad y pedales de distorsión, te dan julepe. Sumémosle a eso la voz etérea de Doris Norton en algunos temas, donde te mantiene en vilo o te llama como sirena con puros lalalá (o te cautiva/da risa cuando recita un relato espiritista con un marcado acento "italoamericanense"). Claro, puede que tanto sonido de Fantasma de la ópera parezca más cursi o caricaturesco que tétrico, pero chúpenlo, en realidad la banda representa de manera fiel la atmósfera opresiva y lúgubre de las películas antiguas, sumado al clima "religioso" que debiese tener un culto negro.
Hay un webeo medio raro con el orden cronológico de los discos y supongo que si buscaron una info más fidedigna mientras leían esto ya lo habrán notado. Según la banda, se supone que el primer disco grabado fue In cauda semper stat venenum, realizado en 1969 pero lanzado a la venta en 2001, mientras que Tardo pede in magiam versus salió en 1972 y fue conocido por mucho tiempo como el único disco de la banda, que para algunos afortunados pasó a las filas de bandas efímeras de culto. En mi opinión si creo la versión de Bartoccetti de que grabaron el "primero" el '69, pues el sonido en demasía experimental y redundante suena a primer trabajo. Hablando de eso, Antonio siempre se refirió a este proyecto como "un error de juventud". Puta, ojalá me hubiera mandado cagazos así cuando chico, en vez de repetir de curso por no entrar a clases, de farreármela con varias minas, de haber regalado mis pokemones y un aburrido etcétera. Como no dijo lo mismo de su cagá de "Pig in the witch".
Dije que el primer disco sonaba redundante y, aunque parezca raro después de tirarle tantas flores al sonido (mas no a su calidad, derp), el primer disco es muy oscuro en el ambiente que arma, pero instrumentalmente no parece apuntar a ningún lado, es como un jam de iglesia abandonada con la intención de grabar todo lo que salga y editarlo después, pero olvidarlo luego de un tiempo. Eso también avala la hipótesis del "disco del 69". El trabajo del 72 ya muestra cierto avance respecto al anterior, con pasajes instrumentales más largos y un poco más consistentes, además de piezas bellísimas como "Jacula the witch", con influencias entre el sonido Cantenbury y de prog italiano que ya quisiera Dario Argento para acompañar alguna de sus películas de "Las tres madres". Los dos temas que abren el disco me gustan harto, pero hay otro disco en que vienen como bonus track y mucho más reducidas y a la vez más digeribles, sin tanto aparatismo de edición ni acordes interminables, pero los subiré más tarde, cuando tenga menos paja.
En resumen, ¿hay que escuchar Jacula?
Si te gustan las novelas clásicas de terror (M.R. James, Poe, Machen y puta, sigo y no paro nunca) y escuchar música para acompañar, quieres darle ambiente a una junta de amigos en halloween, tuviste la pésima idea de usar una ouija y quieres música para quitarle hierro al asunto (derp, igual todo será incómodo porque no pasará nada o, peor aún, pasarán weás malas), te encanta escuchar las pipas del órgano de iglesia y Bach es demasiado para ti o quieres vacaciones de él, quieres espantar a las señoras con cabros chicos que golpearán a tu puerta este 31 y quieres todos los dulces de tu casa pero sabes que si abres la puerta tu corazón cederá ante niñitos con disfraces demasiados tiernos para la fecha... estos discos son para ti. Si te gusta ponerle atención a todo lo que escuchas te aburrirás un poco más de una vez, por eso te lo recomiendo más como música de fondo para lo antes mencionado o para jugar Clock Tower. Puta que amo ese juego, quiero volver a jugarlo así que dejaré esto hasta aquí y no comentaré el Pre Viam porque no lo he escuchado y recién lo estoy bajando para subirlo.


1969- In Cauda Semper Stat Venenum

1972- Tardo Pede in Magiam Versus

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