Ando de la nostálgica, he'mano. O sea no, no tanto, solo ando haciendo weás como antes... y viendo weás de antes, pero más que nada haciendo. Onda, como esto, de estar haciendo algo, decir "oye culiao, ¿no ibai a hacer un post temático antes de Halloween?"
- Ah, pero si hice dos po, ¿qué más querí? ¿Mi sangre en un pan tostado con café irlandés, servido en bandeja de plata?
- Que terminí el tercer post, po grandísimo procrastinador infeliz de mierda depresivo pelo graso apilador de libros acumulador de discos no aseador de su pieza de barba rala y lentes rotos.
Y presto, con el autoestima quebrada me interrumpí de hacer NADA y retomé el post que titulé hace 5 días, siguiendo la tradición de una década de improvisar todo el texto en la marcha. Pero primero soltémonos un ratito la corbata, hablemos de la vida, como han estado, que weá fome han visto, que música de mierda han escuchado. O mejor aún, ¿cómo estarán sus jaloguines? Ah, pero primero, puesto que hablo con el aire, una queja (o primera queja): desde que me fui hace dos años he recibido miles de visitas de bots que me tienen las pelotas llenas. No comentan ni postean, pero interfiere en las estadísticas de visitas, que uso para cachar el alcance y que onda la relación de la gente con la música en mp3 y los extraños consumidores de blogs. El de Cardiacs es bueno, pero más de 1000 en dos años, en un blog que tenía un promedio de 500 visitas a un post en un año, según la popularidad de la banda, es demasiado. O para mejor ejemplo, el de Sparks ya tiene 800, con muchos de Francia. Esa weá no es una tendencia real, son bots de mierda. Pero bue, si alguien sabe como frenar eso rájese con la información, porfa.
Segunda ¿queja? Halloween po. Estaría de más decir que es mi fiesta ajena favorita del año. Septiembre tiene el 18 y sus asados, que poco puedo disfrutar porque gracias colon de treinteañero, y octubre trae la fiesta espiritual del hemisferio norte. Creo que desde que empecé a escribir he pasado por distintas apreciaciones sobre el Samhain, desde festividad imperialista que inevitablemente me gusta a sinónimo de carnaval de juegos de identidades y travesuras. Si bien sí, es fruto del imperialismo anglosajón, ya casi cada cultura la tiene adaptada que de la original poco tiene. Los gringos no celebran halloween como nosotros, pero si carecíamos de una fiesta de carnaval veneciano, de mascarada, bromas y terror, bienvenida sea. No importa que acá no tenga el valor del Samhain, sigue satisfaciendo las almas de muchos y siendo un día de felicidad, tan carente en estos años asquerosos. Y ya puesta la visión sobre la fiesta... fome po. Segundo año encerrado, al menos el año pasado me maratoneé algunas pelis de terror, ahora me toca trabajar. Y aunque no me tocara, no siento el entusiasmo de los cercanos de celebrar, más que de una amiga con la que si queríamos, pero no hubo quorum y pico, un poco de whisky en la casa en la noche y hartos clásicos del terror no más.
Hecho el exordio al peo, pasemos al álbum.
Hace unos varios años, tal vez en halloween, tal vez en un post random, hablé sobre las bandas satánicas o "satánicas" y nombré a dos con las que tenía dramas. Primero, mi drama era que fingían o presentaban una estética tétrica, de hechicería y oscuridad, pero musicalmente eran bastante planas. Me refería entonces a Ghost y a Coven. Sobre Ghost mi apreciación no ha cambiado, pero si me abrí un poco más de mente respecto a lo de Coven. Quizás con Ghost pase lo mismo a futuro, pero nah, muy pasaos a caca. En cambio a Coven lo tomé del lado de la importancia histórica más allá de la forma.
Coven fue una banda de rock hippie marihuanero oscuro de fines de los sesenta conformada por una señorita de voz de bruja llamada Jinx Dawson, un guitarrista de nombre Chris Nielsen, su bajista Greg Osborne, Steve Ross en batacas y John Hobbs en teclas. No se distinguían mucho del hard rock sesentero gringo, no destacaban por sobre las bandas comerciales de renombre y habilidades ni por las de cantina y fama futura. Pero algo en sus canciones se diferenciaba de las otras bandas en el circuito under yanqui. En vez de hablar sobre marihuana, amor y paz y letras sin sentido que buscaban emular el surrealismo de Lennon, los Coven cantaban sobre pactos con el diablo, brujas quemadas y venganzas de ultratumba. Y fueron más allá con su primer disco, titulado "La brujería destruye mentes y cosecha almas", donde Jinx, Osborne y Nielsen posan en un fondo negro, con una calaca al centro y crucifijos invertidos en sus cuellos. La contraportada muestra al trío haciendo los cuernos con los dedos sobre un altar de cruces y cráneos y ¡Oh! ¡sorpresa! monoculos vuelan cuando abren el disco y Jinx está acostada en pelota sobre un altar, con el resto de la banda, que no sale en la portada, celebra con cálices, cruces invertidas y más signos de cachos.
Para mayor contexto, es 1969, el verano del amor de Woodstock, el année érotique de Serge Gainsbourg. El movimiento hippie está en su apogeo, pero como dijera apocalipticamente el maestro Hunter S. Thompson, es también cuando choca la ola contra las alturas de San Francisco, deja su marca y comienza su retirada. Ese año Joe Cocker debuta y saca ovaciones, completamente ebrio, en Woodstock; Janis Joplin saca su disco solista, los Grateful Dead recorren EEUU con su fanaticada creciente y King Crimson fusiona una combinación esquizofrenica entre frenético rock con un cálido jazz al otro lado del Atlántico. El panorama habla de paz, un cambio de aires y una sensación de derrota. Pero por debajo hay una suerte de "perversión" de la libertad y el desánimo reinante. Ese mismo año, en Italia el ya posteado Antonio Bartoccetti parte con Jacula y en Reino Unido un grupo de hippies forma a Black Widow. Pero en EEUU Coven va más allá de las canciones con títulos ocultistas y vestirse de negro y llevan las alusiones satanistas a lo visual. Así se va gestando un subgénero hoy conocido como "rock ocultista". No obstante, usaré la vieja etiqueta de "horror music?" porque las tradiciones acá se mantienen.
Hay un dato curioso, muy sabido por los que conocen a Coven, que me salté adrede. El bajista Greg Osborne era conocido por su apodo Oz. Si, Oz Osborne. Un año después, un jovencito inglés también conocido como Ozzy, aunque este es Osbourne, debuta en la historia con la banda Black Sabbath. Black Sabbath, como la canción que abre el primer álbum de Coven y el primer tema del primer disco de Black Sabbath. Fiu.
Volviendo a Coven, el sonido no era muy diferente a lo de la época. En realidad, esas bandas dizque satanistas, más "oscuras" que "satánicas" en verdad, eran puro hard rock tradicional. Creo que Black Sabbath fue la primera que se atrevió a traspasar lo que mostraban al sonido, con sus tiempos lentos, abriendo la puerta veinte años antes al doom metal. De hecho, al contrario de lo que te dicen las viejas canutas y las viudas de iglesias, Black Sabbath es lo menos satánico de la vida. Ozzy Osbourne será muy el príncipe de la oscuridad, lo acepto, pero en sus letras el elemento de terror, o lo que desafía la moral cristina o el temor del oyente, proviene del Otro, no del Yo, a diferencia de Coven. No obstante, Coven carecía de esa innovación musical. Más parecía un Jefferson Airplane duro donde su Grace Slick tenía voz de bruja y todos tocaban más fuerte. Pero eso era el espíritu ocultistas hippie de fin de los sesenta, lo captaron más o menos bien. Dijo captaron porque nunca fueron satanistas. Prácticamente fueron un movimiento publicitario-artístico de su productor Bill Traut, que les dijo que saquen material de libros sobre brujería. No obstante, la tarea les quedó más o menos bien. Con eso, dejemos el pelambre y pasemos a la carne.
Black Sabbath abre como abriría cualquier canción medio psicodélica, medio hardrockera de sus días, contándonos acerca de un aquelarre en la cima de la montaña Brocken (¿por qué no llamar la canción Walpurgis, entonces?), donde el Diablo oficia la ceremonia y todos se unen en una orgía y weá. Y no es solo en palabras, poco a poco aparecen coros masculinos de AH AH AAAAH y desemboca en un tumulto de voces, ruidos instrumentales y todo lo que se necesite para que suene como orgía (excepto fluidos y los llantos posteriores). En verdad tengo super pocas palabras para cada canción: no es que sea un mal disco que solo deba apreciarse por su valor estético-histórico, es que son de un rock bien tradicional que no resiste mayor análisis más allá de las historias que cuenta, donde si destacaría a Coven in Charing Cross. Es un cuento bien explícito sobre trece cultistas que se reunen (no sin tomar sangre de bebé y tener una orgía antes, porque hay que tener buenos modales) a complotar contra un cazador de brujas y su familia, en venganza por el líder del grupo que este cazador quemó. No concluye en nada, pero se asume que la magia negra prevaleción. Lo bacán es que la estructura de la canción, si bien estándar para el rock comercial, ayuda mucho al ambiente de reunión mágica, que poco a poco abre paso a un pre-coro recitado y un coro básico, aunque pegajoso (siempre me encuentro pensando en ese "Cooooven in Chaaaring Cross") y culmina en un alocado LALA LALALALA. Tiene un espíritu muy rock pop, como decía, pero es efectivo, al final, solo que muy corto. Al menos una tercera para saber que fue del cazador. Lo mismo puede decirse de "For Unlawful Carnal Knowledge" (FUCK, ¿cacharon?), que termina siendo muy pegadiza y tarde o temprano te encuentras recordándola. O para muchos Wicked Woman, que no me gusta tanto porque le falta el Lucifer, a menos que sea una secuela espiritual de "Devil in disguise" de Elvis Presley (no lo es, no lo googleen).
El cúlmine de todo este mal viaje psicodélico por los recovecos de la brujería negra es Satanic Mass, una pieza que se explica sola con el nombre. De hecho es eso. O busca aparentar ser eso, en verdad. Más de un satanista, no sé si la iglesia misma, pero si algun fiel, dice que es una weá muy sacá del poto, pero tampoco es para crucificarlos. Ah, crucificarlos, ¿cacharon? Estamos hablando de los 60, con una buena carga de películas de terror oculto dando vueltas por ahí, donde The Devil Rides Out, estrenada apenas el año anterior, es casi un referente obligado a la hora de hablar de terror con satanismo, sesiones espiritistas y lucha a punta de magia contra las fuerzas demoníacas. Hay una representación de una misa negra muy cercana a la de las canciones de Coven, pero que tampoco dista mucho de esas de los tiempos de Goya, en plena inquisición. El problema es que las descripciones de la inquisición fueron sacadas a punta de tortura, nunca tuvieron evidencias duras más allá del miedo y el prejuicio. No digo que no hayan ramas que buscan replicar lo que supuestamente se hacía entonces o que mostró el cine de terror, no sería raro (no todas las brujas son buenas, hippies cuicas de mierda; donde hay luz hay sombras, ¿que no aprendieron eso?), pero si hablamos del Satanismo como institución eclesiástica, al parecer esa misa negra interpretada por la banda solo seguiría siendo un trabajo de ficción. Un detalle interesante es que la trascripción paso a paso viene dentro del álbum, junto con las letras. Por cierto, muy bonita la presentación del disco, si encuentran la versión gatefold cómprenla.
Uno se preguntará ¿por qué, a diferencia de otras bandas más darks como Black Sabbath, Coven no es tan conocido? Pues no es tanto por un tema de originalidad o talento. Es que tuvieron la mala cuea, malísima cuea, de aparecer justo cuando pasó lo del asesinato de Sharon Tate a manos de algunos miembros de la "Familia Manson". Entonces el chiste se cuenta solo. Hippies, seudo-satánicos (ciertamente raros y "malos"), con un disco y canciones aludiendo a sacrificios humanos... mala pata. Una revista hizo un reportaje sobre los hippies ocultistas satanistas marihuaneros comeguaguas y puso una foto del "Witchcraft" como ejemplo. Y hablando de ejemplos, ahí hay uno de que no siempre una mala publicidad es buena publicidad. Al menos el veto les duró hasta que la gente y la prensa los olvidó. No obstante, la banda perdió algo de popularidad en ese tiempo, o eso se puede deducir al ver el resultado de su segundo disco, titulado Coven también (1971), y Blood on The Snow en 1974, que no gozaron de la misma recepción. Aunque es posible que al primero si le ayudara la polémica de mostrarse como los "diabólicos", pero de ser así ¿por qué no les acompañó en la carrera? Como sea, después Coven ya se disolvería y Jinx pasaría a tomar el catálogo, bautizarse como "la reina gótica del metal" y continuar cantando para un público nuevo e interesado en su trabajo. Es más, hace unos días caché que vino a Chile, no sé si teloneando a alguna otra banda, pero se veía que el público joven enganchaba caleta con ella y se sabía las canciones. Así que efectivamente es la reina gótica del metal. O la reina madre, quizás.
Ya pasados los años desde esa declaración que hice acerca de Coven, aún no recuerdo donde chucha, pero sé que la hice, me deshago un poco de mis palabras y los paso a mi lista de recomendaciones para halloween que pueden acompañarles en adelante.
Tengan un Samhain bacán, no evoquen nada más grande que sus cabezas y hagan sus voluntades sin dañar a nadie.
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